Que el verso en tu boca fluya
en tus manos la palabra
tierra donde el amor labra
en barbecho un aleluya.
Deja que el río confluya
en la margen de tu piel,
que de néctar y de miel
florezcan las margaritas,
lluevan horas infinitas
con aire de carrusel.
Carmen
domingo, 8 de marzo de 2009
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