martes, 12 de junio de 2007

Poemas de Pío Espejo




ARDE SIN QUERER LA LIRA


ARDE SIN querer la lira.
Tiembla en un arco
de luz incandescente,
-viento y arte-
la cuerda.

Con prístino temblor,
esquirlas breves se clavan en la piel
ofrecida, exvotos
a la luz de las falanges.

Todo en una mano,
la lira
que vibra inconsolable; el tiempo
atado en cráneos,
otrora risa, recuerdo y materia;
una botella de vino tumbada,
cárdeno acueducto
que ya es pellejo, mudo
reguero o sierpe.

Arde sin querer la lira,
arrebolada en un cuenco de esmeralda,
mas ya es tarde: todo, todo duerme.

Sólo las notas, entre la nada,
entre mi piel,
casi extintas.






DEJARÁN UNA carta en mi ventana, pronto,
y no tendré tiempo de mirar el remitente…
Ni tiempo tendré de mejorar eso que he sido,
ni aplacar una última revuelta de violetas.

SOBRE EL altillo, a medio hacer, el equipaje
y salpicado de niñez, como viruela,
rasgaré el sobre por el lado más discreto
y así podrán mis ojos vaciar el portafolio
para llevarme en mis pupilas algo mío.

TIRARÉ LA postrera piedra en la laguna,
asustando a los cisnes embarrancados
y miraré mis lágrimas, gota a gota,
como surcos abrirse o como arrugas sobre el agua.

ABRIRÁ EL Tiempo su panza inevitable,
atendido por los graves relojes y sus ministros,
pero no parará, que el Tiempo es militar exacto
y sabe del corazón y sus frugalidades.

¿SERÁ ESTE el final clamado o el principio
de nuevos dedos y embrionarias sendas?
Otras direcciones a saber dónde o en qué fin
o inicio o espejismos o matasellos incognoscibles…

CON LOS AÑOS hasta el miedo anda en muletas.

DEJARÁN, PRONTO, una carta en mi ventana.
¡No puedo quedarme a pensar en ello tanto rato!



LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Desvío mi mirada al fondo y aspiro el azul
bruñido del manto de una Virgen con estrellas
aparecida bajo la plateada luna misionera
rodeada de querubines rosáceos más pesados
que el aire que se encogen para no molestar al
obstinado personaje que observa a través del
cristal con ojos de cemento dentro del marco
en el salón principal del Museo Nacional la obra
intitulada “La Inmaculada Concepción” de Murillo
referente artístico del barroco español y que es
impelido a marchar debido a la hora de cierre
del Museo y es cuando Virgen y angelitos relajan
sus facciones y vuelven a descansar sobre las nubes
dentífricas sorbiendo unas latas de refrescos
y unos molletes de chicharrones y zurrapa de lomo…

No hay comentarios: